La naturaleza es regenerativa por naturaleza. Nos Proporciona el agua que bebemos, el oxígeno que respiramos y los alimentos que comemos. Regula nuestro clima, nuestros océanos y nuestros paisajes. Es nuestra farmacia y el médico más sabio. La naturaleza es unidad en la diversidad, que conecta de forma significativa a  todos los seres vivos del planeta. La naturaleza es la base de la vida humana. 

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La naturaleza es la base de la vida humana

latido económico.

La naturaleza es también un componente esencial de la economía mundial. Comprender nuestra dependencia de la naturaleza es el primer paso para valorar el capital natural. Un reciente informe de pwc en el que se examinaron 19 grandes mercados bursátiles concluyó que más de la mitad del valor de mercado de las empresas cotizadas está sujeto a riesgos relacionados con la naturaleza, debido a su dependencia de esta. El mismo informe estimó que el 55% del PIB mundial (equivalente a unos 58 billones de dólares) depende moderada o altamente de la naturaleza. El Banco Central Europeo calcula que el 75% de los préstamos bancarios de la eurozona se conceden a empresas que dependen en gran medida de los servicios gratuitos de los ecosistemas naturales.

Para algunos sectores, los servicios ecosistémicos «gratuitos» que proporciona la naturaleza son fundamentales. Los agricultores de todo el mundo, por ejemplo, dependen de los polinizadores para aumentar el rendimiento de los cultivos: los investigadores calculan que los insectos polinizadores proporcionan un servicio a los ecosistemas por valor de hasta 577.000 millones de dólares al año, el equivalente a una décima parte del valor de la producción mundial total de alimentos agrícolas. 

Otros servicios ecosistémicos afecta a varios sectores. El Fondo Mundial para la Naturaleza calcula que el valor total de los activos de los océanos del mundo asciende a 24 billones de dólares, lo que incluye la pesca que proporcionan, el transporte que permiten y el carbono que absorben. Mientras tanto, los manglares son tan importantes para proteger las costas que se calcula que evitan daños materiales por valor de decenas de miles de millones de dólares cada año.

bajo amenaza.

Hoy, sin embargo, la naturaleza está amenazada. Nuestra sociedad extrae cada año de la Tierra unos 100.000 millones de toneladas de recursos naturales. Al mismo tiempo, producimos aproximadamente 70.000 millones de toneladas de residuos al año, más de la mitad de los cuales en forma de emisiones y residuos y contaminación no localizados. 

Más de un tercio de los suelos del mundo están entre moderada y altamente degradados debido a la erosión, la salinización, la compactación, la acidificación y la contaminación química, según la FAO. 
Se calcula que actualmente hay un millón de especies en peligro de extinción. Esta pérdida de biodiversidad socava ecosistemas enteros. Las selvas tropicales, por ejemplo, absorben carbono, nos proporcionan medicinas esenciales y dictan el régimen pluvial mucho más allá de sus fronteras. Sin embargo, los bosques no pueden existir aislados: la multitud de insectos, aves y mamíferos que polinizan y esparcen las semillas son tan importantes como los propios árboles. 

Ya hemos traspasado seis de los nueve límites planetarios identificados por la ciencia como puntales de la estabilidad medioambiental. A medida que superamos estos límites (como la acidificación de los océanos, el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la deforestación), las investigaciones sugieren que estos límites interactúan, creando nuevos impactos en otros límites y sistemas. 

Creemos que debemos pasar de una economía extractiva a una economía regenerativa y positiva para la naturaleza. En lugar de agotar los recursos finitos de nuestro planeta, debemos aprovechar la capacidad de la naturaleza para crear valor autosostenible. 

Estamos convencidos de que este cambio está en marcha en una serie de sistemas clave. En energía, estamos en transición hacia la electricidad renovable con cero emisiones de carbono en lugar de la extracción y quema de combustibles fósiles. En materiales, creemos que habrá una transición hacia alternativas regenerativas basadas en la naturaleza para sustituir a los materiales no biodegradables que utilizamos hoy en día. Y en agricultura, avanzaremos hacia métodos agrícolas regenerativos, devolviendo la tierra a la naturaleza.

la naturaleza como clase de activo.

La comunidad internacional reconoce cada vez más el papel vital de la naturaleza y la biodiversidad en la lucha contra el cambio climático En la COP26 de 2021, más de 100 líderes mundiales, que representan alrededor del 85% de los bosques del planeta, se comprometieron a poner fin a la deforestación. Un año más tarde, los delegados de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad COP15 alcanzaron un acuerdo histórico para proteger el 30% de todos los entornos terrestres y oceánicos de aquí a 2030.

Esta creciente atención internacional a la conservación y restauración de los paisajes naturales está creando el potencial para nuevas clases de activos alternativos basados en la propia naturaleza.

Creemos que los activos del mundo real basados en la naturaleza podrían pronto obtener una prima de inversión. En Ghana, por ejemplo, desde 2019, un programa dirigido por el gobierno ha ayudado a los agricultores a plantar árboles de sombra en las plantaciones de cacao de bajo rendimiento, convirtiendo monocultivos en superficies agroforestales y haciendo retroceder la marea de la deforestación. El resultado ha sido un espectacular aumento del rendimiento de las cosechas en un 50%,  gracias a la renovación de los suelos y al restablecimiento de las condiciones de sompra que favorecen a los insectos polinizadores. El beneficio para los agricultores ha sido triple. Además de un mayor rendimiento, su cacao se vende ahora con una prima a compradores comprometidos con una cadena de suministro de deforestación cero, y sus ingresos aumentan aún más gracias a los pagos del Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques del Banco Mundial: en efecto, créditos de carbono por convertir tierras degradadas en sumideros netos de carbono.

Este es un ejemplo de lo que llamamos « prima de naturaleza». 

invertir en la naturaleza.

En Lombard Odier, creemos que la naturaleza es una tecnología transformadora, con potencial para crear valor, flujo de caja y rentabilidad. 

Estamos convencidos de que los inversores infravaloran actualmente el riesgo climático y de que las soluciones basadas en la naturaleza, como la protección, restauración y gestión sostenible de nuestros sistemas terrestres, brindan una oportunidad de diversificar las carteras y minimizar el riesgo climático. 

A medida que surjan multitud de nuevas oportunidades innovadoras para las inversiones basadas en la naturaleza, el hilo conductor común a todas ellas será que los ecosistemas sanos valen mucho más que los degradados...

Según las proyecciones de las Naciones Unidas, las soluciones basadas en la naturaleza pueden proporcionar el secuestro de carbono necesario y otras medidas de mitigación climática necesarias para cumplir el objetivo de temperatura de París para 2030. Creemos que esto solo se conseguirá si invertimos en la naturaleza, valorándola no por lo que podemos extraer, sino por su poder regenerativo. A medida que surjan multitud de nuevas oportunidades innovadoras para las inversiones basadas en la naturaleza, el hilo conductor común a todas ellas será que los ecosistemas sanos valen mucho más que los degradados y que maximizaremos el valor económico no mediante la explotación, sino cooperando con la naturaleza.

dónde estamos.

Nuestra herencia es suiza, pero nuestra perspectiva y nuestra mentalidad son definitivamente internacionales. Con más de 25 oficinas a nivel global, podemos atender a nuestros clientes en todo el mundo.

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