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Así impulsarán los datos ecológicos la transición energética

Así impulsarán los datos ecológicos la transición energética

En 2010, la población mundial creó, capturó, copió y consumió dos zettabytes de datos digitales1, cantidad suficiente para almacenar dos billones de películas. En 2021, esa cifra había aumentado hasta 120 zettabytes2. Dado que cada vez estamos más conectados y trasladamos a Internet un número mayor de aspectos de nuestras vidas, las previsiones sugieren que para 2030 generaremos un yottabyte de datos anualmente3 (equivalente a 1.000 billones de películas).

El big data (el flujo casi constante de información que transmitimos tanto voluntaria como inadvertidamente y la potencia de procesamiento para analizarlo) se ha hecho tan grande que puede resultar difícil de aprehender. Los datos, esa cantidad de información gigantesca que no para de crecer, son la savia que alimenta la era digital. Y permiten un servicio personalizado en todo, desde las citas románticas hasta la planificación financiera.

El big data está desempeñando un papel clave para aumentar la eficiencia y propiciar innovaciones que impulsarán la transición hacia una economía social y medioambientalmente sostenible

El big data está desempeñando un papel clave para aumentar la eficiencia y propiciar innovaciones que impulsarán la transición hacia una economía social y medioambientalmente sostenible. Ejemplos de ello son ayudando a clasificar materiales desechados de forma precisa y rápida con fines de reciclaje y optimizando la producción y distribución de alimentos para reducir los residuos. Sin embargo, la sostenibilidad del big data está suscitando cada vez más dudas en un momento en el que la revolución digital está fusionándose con la revolución de la sostenibilidad.

 

Datos omnipresentes

El big data afecta a cada aspecto de nuestras vidas diarias. Con cada búsqueda en Internet, con cada compra en línea o simplemente cuando viajamos entre dos puntos llevando el móvil, se generan nuevos datos que se incorporan a un almacén global. Las pruebas genéticas que desentrañan nuestro ADN y predicen nuestra predisposición a determinadas enfermedades recurren a la potencia de los análisis de big data.4 Lo mismo ocurre con el algoritmo de la red social que muestra a un usuario un vídeo de un gato cayéndose del sofá.

Aunque algunas aplicaciones del big data pueden parecer frívolas, todas tienen un propósito. Para las empresas que utilizan análisis de big data, la eficacia de sus algoritmos puede ser la clave de su éxito comercial. Por ejemplo, en 2006, en su búsqueda de un algoritmo mejorado para predecir las valoraciones de las películas de los usuarios (para formular recomendaciones personalizadas de películas), Netflix convocó el «Premio Netflix», por el que ofrecía 1 millón de USD al equipo que fuera capaz de presentar un algoritmo mejor que el suyo.

Netflix ha seguido invirtiendo en sus análisis de big data y actualmente registra cada momento que pasan en la plataforma todos y cada uno de sus 278 millones de abonados5. Los datos que recoge son analizados mediante aprendizaje automático e inteligencia artificial (IA) para decidir qué películas y series producir, si renovarlas o no y a quién recomendárselas.6 En el sector, se piensa que la excelencia de Netflix a la hora de analizar el big data es la clave de su rápido ascenso hasta convertirse en una de las cinco mayores empresas de medios de comunicación del mundo7.

En muchos lugares, la electricidad de fuentes renovables es ahora la primera opción cuando se necesita energía

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Energía inteligente

La misma tecnología que ha transformado los modelos de negocio en diferentes sectores también está aprovechándose para transformar nuestros sistemas energéticos. En muchos lugares, la electricidad de fuentes renovables es ahora la primera opción cuando se necesita energía. Pero su naturaleza variable hace que, incluso en las situaciones en las que se ha desplegado generación solar y eólica a escala comercial, la carga base siga teniendo que proceder de las centrales eléctricas tradicionales.

Gran parte de este problema puede resolverse mediante «redes eléctricas inteligentes». Estas utilizan datos en tiempo real para ajustar dinámicamente los flujos de potencia analizando y prediciendo el viento y el sol y controlando y anticipándose al consumo. Cuando la meteorología es favorable, las redes inteligentes desvían el excedente de energía renovable hacia sistemas de almacenamiento, donde aguarda para ser liberado en momentos de demanda elevada entre los consumidores. En la Unión Europea, se calcula que para 2040 el crecimiento de las redes eléctricas inteligentes basadas en datos y conectadas a sistemas de almacenamiento de energía podría rebajar el tiempo de inactividad de la energía solar y eólica del 7% al 1,6%. Ello podría reducir las emisiones de CO2 en 30 millones de toneladas8, el equivalente a retirar 20 millones de coches de tamaño medio de las carreteras9.

En el plano de la demanda, los electrodomésticos inteligentes que incorporan tecnologías basadas en datos pueden ayudar a los consumidores y a las empresas a contribuir a esta transición. Por ejemplo, las tecnologías de carga inteligente de los vehículos eléctricos podrían elevar la flexibilidad de la red: usarían análisis de datos para extraer energía más rápido cuando la oferta es elevada y la demanda de los consumidores es baja. Dependiendo de las tasas de adopción de los vehículos eléctricos, los cargadores inteligentes podrían reducir entre 100.000 y 280.000 millones de USD las necesidades de inversión en infraestructuras eléctricas adicionales entre 2016 y 2040.

... El big data necesita una infraestructura propia, a saber, centros de datos y una potencia de procesamiento ingente, que consumen mucha energía

Las tecnologías basadas en los datos también pueden emplearse para convertir los vehículos eléctricos en una gran «batería nacional»: a los propietarios se les remuneraría por devolver electricidad de sus vehículos a la red en momentos de alta demanda de los consumidores. Asimismo, tales tecnologías podrían servir para optimizar lo que vierten a la red los paneles solares de las casas.10 Sin embargo, el big data necesita una infraestructura propia, a saber, centros de datos y una potencia de procesamiento ingente, que consumen mucha energía.

¿Qué alimenta el big data?

Los centros de datos siempre han estado ávidos de energía, pero no siempre hemos necesitado tantos. En 2018, el consumo de energía de los centros de datos de todo el mundo ascendió a 205 teravatios-hora (TWh), apenas 11 TWh más que en 201011. Pero en 2022 esa cifra había aumentado más del doble, hasta un total estimado de 460 TWh, lo que supone casi el 2% de la demanda eléctrica mundial. Y seguirá acelerándose: se prevé que el consumo eléctrico de los centros de datos alcance una cifra de entre 620 y 1.050 TWh para 2026, equivalente a un nuevo país del tamaño de Alemania.12

Este crecimiento exponencial se ha debido al auge de la minería de criptomonedas y a unas tecnologías cada vez más dependientes de los datos, como la inteligencia artificial (IA), que en ambos casos requieren más trabajo que las tecnologías digitales anteriores. Una búsqueda típica en Google, por ejemplo, consume alrededor de 0,3 vatios-hora (Wh) de electricidad. En cambio, una consulta típica a ChatGPT consume alrededor de 2,9 Wh, el equivalente a la electricidad que necesita una bombilla LED durante más de 17 minutos.13

Hasta ahora, la transición a las energías renovables no ha conseguido mantener el ritmo. En 2020, Microsoft se comprometió a tener emisiones negativas para el final de la década. Para 2023, debido principalmente a su incursión en la IA, lo cierto es que Microsoft había aumentado de hecho sus emisiones un 30%.14

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Energía limpia, datos ecológicos

En algunos lugares, las autoridades están actuando. La UE ya ha regulado los niveles de eficiencia energética de los centros de datos y sus requisitos de información. En China, los reguladores han decretado que todos los centros de datos propiedad de entidades públicas funcionen con un 100% de energía renovable para 2032.15 Para adelantarse a la posibilidad de nuevas regulaciones más estrictas y para cumplir con sus propios compromisos empresariales, varias grandes empresas están buscando formas de alejarse de los combustibles fósiles.

Contratando más energía de fuentes renovables o invirtiendo en módulos solares o parques eólicos construidos al efecto, los centros de datos podrían alejarse de los combustibles fósiles y, al mismo tiempo, avanzar en la transición energética

Se prevé que el consumo eléctrico de los centros de datos europeos se duplique entre 2021 y 2030. Sin embargo, según un informe de BloombergNEF16, este rápido crecimiento de la demanda no tiene por qué poner en peligro la transición energética. Contratando más energía de fuentes renovables o invirtiendo en módulos solares o parques eólicos construidos al efecto, los centros de datos podrían alejarse de los combustibles fósiles y, al mismo tiempo, avanzar en la transición energética.

Microsoft inició este camino cuando firmó un acuerdo por valor de 10.000 millones de USD para comprar electricidad de origen renovable17 y se comprometió a pasar sus centros de datos a un 100% de energía renovable.18 Google ha recurrido incluso a la IA con el fin de reducir su propia huella de carbono: ha utilizado DeepMind para rebajar un 40% la demanda de electricidad de los sistemas de refrigeración de sus centros de datos (que consumen mucha energía).19

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Liderar la revolución de la electrificación

Los centros de datos podrían desempeñar otro papel, de mayor protagonismo: podrían conectarse a las redes nacionales para ofrecer flexibilidad con respuesta rápida en el suministro eléctrico mediante baterías de respaldo en sus instalaciones y el desplazamiento de la demanda de las horas pico a las horas valle. Según Michael Kenefick, autor principal del informe de Bloomberg NEF, «los centros de datos pueden ser parte de la solución para alcanzar unas mayores tasas de penetración de las energías renovables en Europa. Sus recursos in situ... podrían ponerse a trabajar para contribuir a sostener la red. Y las tareas de cálculo podrían desplazarse a horas o lugares con muchos recursos eólicos y solares».

Karina Rigby, una de las colaboradoras del informe y presidenta de Sistemas Críticos del Sector Eléctrico de la empresa de gestión energética Eaton, señaló: «Las instalaciones de los centros de datos son únicas y comparables a microrredes en lo que se refiere a las oportunidades que ofrecen mediante su potencia de procesamiento y sus infraestructuras físicas, sobre todo las ingentes cantidades de almacenamiento de energía en baterías... Este estudio pone de relieve el enorme potencial sin explotar que brinda la flexibilidad de los centros de datos a la hora de generar efectos beneficiosos para la economía, la regulación y el clima».

Para los inversores, este paso a los datos ecológicos está llamado a generar nuevas oportunidades

Para los inversores, este paso a los datos ecológicos está llamado a generar nuevas oportunidades. Muchas empresas tecnológicas están cada vez más centradas en los denominados centros de datos hyperscale. Se trata de instalaciones enormes diseñadas para aumentar su dimensión de forma eficiente con el incremento de la demanda, al tiempo que incorporan las últimas tecnologías y prácticas en materia de eficiencia energética. Se prevé que el mercado mundial de este nuevo tipo de centros de datos se duplique entre 2023 y 2026, hasta un total de 212.000 millones de USD.20

La necesidad de financiar la expansión de los centros de datos sigue creciendo. De ahí que los inversores vayan a desempeñar un papel cada vez más importante a la hora de inclinar la balanza hacia planteamientos sostenibles. En Lombard Odier, creemos que la «revolución de la electrificación» —la transición hacia una economía electrificada impulsada por energías renovables— representa una de las transformaciones económicas más profundas desde la Revolución Industrial. Y pensamos que los datos ecológicos alimentados por energías limpias estarán en su epicentro.


 

1 Data growth worldwide 2010-2025 | Statista
2 Ídem
3 www-file.huawei.com/-/media/corp2020/pdf/giv/industry-reports/computing_2030_en.pdf
4 Moving back to the future of big data-driven research: reflecting on the social in genomics | Humanities and Social Sciences Communications (nature.com)
5 Netflix: number of subscribers worldwide 2024 | Statista
6 Netflix and AI: How Artificial Intelligence Powers Streaming Success | by Jeyadev Needhi | Jun, 2024 | Medium
7 The World’s Largest Media Companies 2022: Netflix Falls In The Ranks After Subscriber Loss, Disney Climbs To No. 2 (forbes.com)
8 Digitalization & Energy (IEA report)
9 Chart: Miles Apart: Car CO2 Emissions | Statista
10 Digitalization & Energy (IEA report)
11 ICT Sector Electricity Consumption and Greenhouse Gas Emissions – 2020 Outcome (Malmodin et al.)
12 Electricity 2024 (IEA research)
13 Electricity 2024 (IEA research); LED Light Bulb Energy Calculator: Watts and kWh (energybot.com)
14 Microsoft’s AI obsession is jeopardizing its climate ambitions (The Verge)
15 Electricity 2024 (IEA research)
16 Data Centers Set to Double Their Power Demand in Europe, Could Play Critical Role in Enabling More Renewable Energy | BloombergNEF (bnef.com)
17 Rush for data centers creates US solar hotspots | Reuters
18 AI's looming climate cost: Energy demand surges amid data center race (Nikkei Asia)
19 Electricity 2024 (IEA research)
20 Electricity 2024 (IEA research)

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