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“Los activos naturales serán una nueva forma de propiedad inmobiliaria.” – una entrevista con Marc Palahí
Article published in Le Temps, 7 de mayo de 2024.
Tras 25 años de experiencia en el campo de la ciencia, en el ámbito de la naturaleza, de los bosques y la biodiversidad, Marc Palahí se unió a Lombard Odier IM, en junio de 2023 como CNO (Chief Nature Officer). Durante 10 años lideró el Instituto Forestal Europeo. También es Director General de la Circular Bioeconomy Alliance una iniciativa impulsada por el Rey Carlos III de Inglaterra.
La transición de la naturaleza
El objetivo es diseñar estrategias de inversión alrededor de la naturaleza. En ese esfuerzo por dar voz a la naturaleza, es esencial ir hacia “un modelo de bioeconomía circular, que deje atrás el actual modelo lineal y extractivo que ha caracterizado la economía fósil de los últimos siglos”, afirma. “La transición energética comenzó hace 20 años, pero ahora hay que repensar también los modelos de alimentación y producción. Hablamos de la transición de la naturaleza”, añade.
En ese nuevo modelo la naturaleza puede ser no solo la fuente de muchas soluciones alternativas, sino el motor último de una nueva economía ajustada a la ecología del planeta. “En la moda, el algodón orgánico o el bambú, en construcción, la madera, en alimentación, pasar de un sistema extractivo que genera externalidades negativas a uno regenerativo que genere servicios ecosistémicos como el secuestro de carbono o la recarga de acuíferos”, detalla.
Lea más (en inglés): Why nature is becoming a new asset class
El ejemplo del café
Palahí pone como ejemplo el cambio que se puede dar en el cultivo del café. “El café es uno de los cultivos que más desforesta. Por cada kilo de café que se produce utilizando métodos convencionales se emiten unos 20 kilos de CO2 (incluyendo el impacto en la deforestación). El actual modelo es extractivo, basado en monocultivos que requieren de muchos inputs en forma de fertilizantes y pesticidas sintéticos. Además, las plantas de café expuestas al sol, tienen una vida mucha más corta (10-20 años) que si vivieran en su hábitat original: el bosque. Justamente ese es el hábitat que deberíamos recrear; cafetales forestales, ajustando la economía del café a su ecología como planta” explica.
De esa manera no solo se producirá café de calidad, a través de plantas que serán 5-7 veces más longevas, sino que el nuevo sistema, en lugar de emitir, absorberá carbono, y mejorará la biodiversidad y la calidad del agua en lugar de destruir biodiversidad. “La producción de café, especialmente el arabica, está en riesgo debido al cambio climático ya que no tolera bien el aumento de temperaturas. El café producido bajo sistemas forestales, creando un microclima más adecuado, es resiliente al cambio climático”, detalla.
Esas transformaciones pueden convertirse en un objetivo de inversión muy interesante si, por ejemplo, se adquieren activos degradados y se invierte en su regeneración, transformando sistemas agrícolas extractivos en sistemas que funcionen en simbiosis con la naturaleza, apoyando biodiversidad y la captura de carbono. “El ejemplo del café se puede replicar a otros cultivos, como el algodón y el cacao, pero también en un futuro a cultivos europeos. Las empresas productoras o vinculadas a estos productos pueden estar interesadas. La naturaleza tiene que pasar a ser una clase de activo angular porque al fin y al cabo es nuestro capital más importante”, señala.
Servicios ecosistémicos
Palahí pone el ejemplo de la dehesa española como sistema que produce alimentos y al mismo tiempo genera servicios ambientales (biodiversidad, carbono, protección de suelos y recursos hídricos, etc) y paisajísticos de gran valor.
Se trata de transformar un sistema pasando de un modelo que genera externalidades negativas a producir generando servicios ecosistémicos como la captura de CO2 o la mejora de los suelos, dando soluciones a distintos problemas. “Hay que tener en cuenta, como ya hemos visto con el aceite de oliva en España, que en los próximos diez años podemos ver muchos episodios de disrupción en las cadenas alimentarias por el cambio climático. La inflación de los alimentos sigue subiendo, así como los costes de las aseguradoras por pérdidas relacionadas con eventos climáticos, por eso es importante que la naturaleza sea conocida como nuestro seguro de vida mas vital y como nuevo motor de la economía”.
Desafíos y potencial
Palahí reconoce que en el marco actual hay muchos desafíos que pueden frenar su propuesta: “Los lobistas de fertilizantes y pesticidas sintéticos, el modelo de subsidios agrícolas y ganaderos, la falta de conocimientos y de investigación en nuevos modelos regenerativos”, enumera. En su opinión, el problema es que la producción sostenible no puede ser más cara que la no sostenible “se tendrían que pagar por las externalidades negativas, hay un problema regulatorio”, asegura.
A nivel financiero, ve la naturaleza como una clase de activo a caballo entre todas las ya conocidas. “Hasta ahora se ha tocado de forma más filantrópica. Tenemos esa idea de que lo mejor que podemos hacer por la naturaleza es separarnos de ella, pero no es un museo, puede ser el motor del cambio de nuestra economía”, recalca. Sin embargo, Palahí considera que la naturaleza es la clase de activo más infravalorada del mundo: “La demanda de terrenos resistentes al clima y respetuosos con la naturaleza va a impulsar la mayor revalorización de activos del siglo. Los activos reales basados en la naturaleza se convertirán en una nueva forma de propiedad inmobiliaria”.
holistiQ
El pasado mes de junio lanzaron HolistiQ en colaboración con Systemiq (una empresa especializada en la transformación de sistemas económicos clave, como la energía, la alimentación y la naturaleza, los materiales, el entorno construido y las finanzas). HolistiQ es una empresa de gestión de activos sostenibles integrada en Lombard Odier Investment Managers y dedicada exclusivamente a la inversión sostenible. Su objetivo es acelerar el cambio hacia una economía más productiva y sostenible y convertirse en el socio preferido de los gestores de activos para navegar por la transición medioambiental. "Somos una veintena trabajando para la naturaleza, buscando oportunidades", señala.
Lea más (en inglés): The rapid rise of nature-based investments
En su opinión, “en las próximas dos décadas vamos a ver una de las transformaciones económicas más importantes de los últimos siglos: la transición ecológica de nuestra de economía". Empresas y sector financiero conjuntamente deberán reinventar y financiar nuevas cadenas de valor en negocios como la alimentación, la moda, la construcción, la química. "En la Alianza para la Bioeconomía Circular trabajamos con el sector privado para testar nuevos modelos de producción y negocio inspirados por la naturaleza, la biología y la ecología como marco para repensar la economía”, concluye.
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